Wednesday 18 April 2012

La Cultura de la Innovación


“Nuestro conocimiento existente y acumulado nos condiciona, modela nuestro pensamiento y se convierte en el filtro a través del cual vemos el mundo. El conocimiento nos impide aceptar nuevas ideas y oportunidades.”
Jay Rao

Innovación es un concepte que está en muchas bocas hoy en día, pero desgraciadamente en pocas mentes y menos aún, en pocos corazones. Digo desgraciadamente porque, a parte de ser un concepto muy importante para encontrar salidas a las problemáticas actuales, es una necesidad que va desde el ámbito personal al profesional. De esta manera, para encontrar un trabajo, bajar de peso, restablecer la comunicación con la pareja o los hijos, hasta encontrar una salida creativa a un producto, mejorar la notoriedad de marca... la innovación es crucial.

Pero para innovar es muy necesario crear la “cultura de la innovación”. Una disciplina, no diré rutinaria, pero casi casi, que nos permita ir adquiriendo hábitos que nos vayan programando nuestra mente y nuestro corazón para desarrollarnos en una manera de hacer que nos lleve a innovar en el ámbito que deseemos.



En nuestra sociedad, el término disciplina está muy mal visto. Tiene connotaciones negativas que asociamos a autoritarismo, falta de libertad, etc. Y nada más lejos de la realidad! Precisamente, en una charla fortuita en el tren para Barcelona con mi amigo Xavi Carpintero, de DO Sinergia, me explicaba como a nuestra generación, asociábamos disciplina a tales connotaciones negativas, y buscábamos la libertad a través de no programar nada, improvisar, no organizar, etc. Y es totalmente al contrario! Cuanto más organizados estamos y seguimos disciplinariamente el programa que nosotros mismos nos hemos diseñado para lograr lo que queremos, más cerca estamos de la libertad.

Al final del día, si podemos hacer todo lo que nos hemos propuesto, nos sentimos bien y felices con nosotros mismos. Por otro lado, si hemos hecho muchas cosas diferentes, improvisando, y aun así, no hemos hecho todo lo que queríamos hacer, nos sentimos cansados y mal por no haver hecho tal y cual cosa que queríamos.

En este sentido, si queremos buscar una nueva manera de hacer algo que nos guste, que nos diferencie del resto, tenemos que aprender a convertir nuestra “cultura de vida” en una disciplina que nos haga versátiles, flexibles, abiertos al cambio y con una metodología que nuestra mente y corazón esten preparados para hacer cosas nuevas y creativas. Evitar que el conocimiento y experiencia nos barre el camino hacia la experimentación, a arriesgar y luchar por buscar nuevos caminos que nos hagan avanzar y sentir vivos. Y todo esto, planificado y organizado.

Es muy importante que la razón y el corazón se unan para conseguir el objetivo que te has marcado.




Thursday 5 April 2012

Descentralización Personal para el Cambio

Ya hemos hablado anteriormente del cambio personal. Seguramente hemos intentado hacer cambios en nuestra vida que respondian a dejar de hacer cosas que nos perjudicavan, sean cuales fueran. Y nos hemos encontrado ante un sinfín de obstáculos personales que nos lo han impedido: "no puedo...", "esto es imposible..." y a primera vista, si que lo puede parecer.

Una de las características del ser humano es que es antropocéntrico total. Nos fijamos en yo: yo no puedo, es muy difícil para mí, yo solo imposible... siempre el yo yo yo. De esta manera, tenemos que luchar contra nosotros mismos. Ya lo dijo Churchil: "Yo soy mi peor enemigo".


Veamos que pasa si hacemos el típico ejercicio de ver las cosas desde fuera. Cerramos los ojos y nos visualizamos a nosotros mismos. Nos vemos desde arriba. Y en esta posición, vemos que cosas nos impiden realizar los cambios que queremos. Pondremos un ejemplo:

Queremos cambiar nuestros hábitos alimentarios: dejar de comer carne, dulces, tener una dieta equilibrada con productos naturales y biológicos, etc. Si para cambiar nosotros tenemos que cambiar nuestra estructura del entorno, lo primero que haremos será cambiar la tienda donde vamos habitualmente. Buscaremos una donde tengan los productos que queremos. Por otro lado, evitaremos comprar azúcares refinados, no iremos a comer a restaurantes donde sabemos que nos van a dar comida que queremos evitar, evitaremos también las pastelerías y buscaremos espacios donde nos puedan servir lo mejor para nosotros.

Si podemos hacer estos cambios en nuestro entorno, las dificultades seran mucho menores. Y si conseguimos realizar esto durante bastante tiempo, habremos cambiado un hábito muy importante para nuestra salud.

www.edgartarres.com

LA MEJOR TORTILLA DEL CAMINO - O CEADOIRO

 Cuando te encuentras caminando unos 22 kilómetros de media cada día, la comida se convierte en un momento muy especial. Bueno, a lo largo d...